domingo, 29 de agosto de 2010

“El cosmos según Sagan: en el instante mismo de la revelación”

El instante mismo de la revelación puede ser la muerte o el fin para algunos, el génesis para otros que comparten una religión específica, o el principio y la continuación de un ciclo para las culturas prehispánicas o precolombinas, pero para algunos científicos como el físico y astrónomo Carl Sagan, ese instante data en el origen de la vida a partir del Big Bang como parte de la cosmología física.
Como ya sabemos el concepto o la teoría del Big bang no es otra cosa que un modelo científico a partir de la teoría de la gran explosión que dio origen a lo que ahora conocemos como el cosmos o el universo y su transformación o desarrollo dentro del espaciotemporal, el cual aborda el concepto de expansión del universo.
En una entrevista realizada al divulgador científico, expone diversas opiniones a cerca de varios aspectos relevantes que giran en torno al tema de la ciencia desde un punto de vista cosmológico, pero sobre todo, desde una perspectiva que coquetea con la concientización social y política acerca de diferentes fenómenos de la naturaleza que atañen a las masas.
En principio el popular divulgador afirma que el Big bang, no es una teoría más, sino la única teoría existente, ya que las demás se delimitan a llegar a ciertas hipótesis metafísicas a manera de un breve acercamiento, al igual que las religiones que se encasillan al mito, sobre el punto de partida. En el cual la ciencia ha demostrado gracias al físico americano Arno Penzias a través de los “fósiles cósmicos” el registro huellas dinámicas de ondas de radio nacidas del ruido, también conocido como el ruido blanco o efecto Doppler llegando así a los instantes inmediatos que le sucedieron al Big bang.
Pero Carl entra en una controversia al comentar que el universo tal vez entra en una historia de alternancias en las que entran en juego expansiones y contracciones creando una especie de historia cíclica semejante a la concepción hinduista, anterior a la concepción de las culturas prehispánicas Maya y Azteca que comparten similares ideas. Tal vez sea irreverente realizar estás analogías, comparaciones o ataduras, pero ambas ideas sobre el cosmos ahí están. Y existen manuscritos de miles de años que los sustentan como los códices en el caso de las culturas precolombinas.
Dejando un poco de lado la historia antropológica y regresando a los datos de la historia científica, Carl afirma que el indicio que se tiene del Bing bang se remonta a hace quince millones de años, dejando al evento y a la teoría como el paradigma fundamental de la cosmología contemporánea. En el que esté mundo oscilante de contracciones y expansiones no puede permanecer estable. Lo que da como resultado la permanencia o el final del mismo.
Pero Sagan no sólo se detuvo a cuestionarse los eventos del origen de nuestro planeta sino que se dio a la tarea de crear una radiodifusora privada que captará las frecuencias de onda de otros planetas con el objetivo de detectar las señales de otros planetas con el fin verificar el indicio de vida, en dado caso que la hubiere. Pero la preocupación primordial de Sagan no se basa en cuándo el hombre va a colonizar el espacio, sino cuándo el hombre se va a preocupar en salvar la tierra.
El físico asegura que dentro de miles de millones de años la tierra dejará de existir y parte de ello se desencadenará a hechos más inmediatos como el problema del calentamiento artificial de la atmósfera, los agujeros negros en la capa de ozono y el invierno nuclear, donde la explosión demográfica y la industrialización del siglo XX son factores que han modificado radicalmente al planeta. Con factores como la combustión de la energía fósil conformada por el petróleo y el carbón, sumado a la depredación de los principales pulmones del planeta como lo son los bosques, las selvas del Amazonas en Brasil, y las mareas negras como el actual derrame de petróleo sobre el Golfo de México, causada por plantas petroleras de Estados Unidos en Miami, han provocado diversos factores que atentan contra el mundo como la desaparición de la agricultura en zonas templadas que a su vez funden los hielos polares haciendo desaparecer en un futuro próximo ciudades e islas tropicales de nuestro planeta haciéndolos desaparecer de la geografía de nuestro planeta.
Pero los pueblos y los políticos no quieren escuchar acerca de esos riesgos ecológicos, manifiesta el científico, sino todo lo contrario, países como estados unidos y algunos otros de Europa se han empecinado en crear armamentos nucleares que acorto plazo les proporciona un capital económico atractivo, pero que por el contrario a largo plazo generará radiaciones que traspasan las fronteras donde ya no podremos echar vuelta atrás, y que nos dirige rumbo a la vía de insuperables catástrofes, sin intentar sonar alarmista.
Pero estos periodos oscurantistas ante el no querer saber ni ver se han dado a lo largo de la historia, donde esperemos en un futuro no muy lejano sea el despertar de una nueva etapa de lucidez y aceptación de parte de los políticos y los pueblos con respecto a nuestra realidad ecológica.
Unos años antes de morir el físico y astrónomo Carl Sagan se dio a la tarea de dejar como legado estás palabras, cito:

"Seis veces hasta hoy he visto la Muerte cara a cara, y otras tantas ella ha desviado la mirada y me ha dejado pasar. Algún día, por supuesto, la Muerte me reclamará, tal como hace con todos nosotros. Es sólo una cuestión de cuándo y cómo.
"He aprendido mucho sobre nuestros encuentros, especialmente sobre la belleza y dulce patetismo de la Vida, sobre el valor inapreciable de amigos y familia, sobre el poder de transformación del amor.
"Me encantaría creer que cuando muera viviré de nuevo, que alguna parte de mis pensamientos, sentimientos o recuerdos continuarán. Pero a pesar de lo que me gustaría creerlo, y de las antiguas tradiciones culturales a lo largo de todo el mundo que aseguran la vida tras la vida, no sé de nada que me sugiera que esto es algo más que una forma de pensar optimista.
"Quiero envejecer con mi mujer, Annie, a la cual adoro. Quiero ver a mis jóvenes hijos crecer y quiero jugar un papel en su desarrollo personal e intelectual. Quiero conocer a mis nietos aún no concebidos. Hay problemas científicos, de cuyos descubrimientos querría ser testigo, como la exploración de muchos de los mundos de nuestro Sistema Solar y la búsqueda de vida exterior.
"Quiero aprender cómo funcionan las mayores cuestiones en la historia de la Humanidad, preocupantes o esperanzadoras: los peligros y promesas de la tecnología; la emancipación de la mujer; el crecimiento y ascendencia económica y tecnológica de China; los vuelos interestelares.
"Si hubiera vida tras la muerte, no importaría morir, satisfaría la mayoría de esas profundas curiosidades. Pero si la muerte no es más que el fin, el sueño sin sueños, esto no sería más que un desesperado anhelo. Quizás esta perspectiva me dé una pequeña motivación extra para permanecer vivo.
"El mundo es tan exquisito, con tanto amor, que no hay razón para engañarnos con bonitas historias para las cuales hay bien pocas evidencias. Es mucho mejor, me parece a mí, que en nuestra vulnerabilidad, miremos a la Muerte a la cara y seamos agradecidos cada día por la breve pero magnífica oportunidad que la vida nos ofrece". Fin de la cita.



Carl Edward Sagan (Brooklyn, Nueva York Estados Unidos; 9 de noviembre de 1934 – Seattle, Estados Unidos; 20 de diciembre de 1996)2 procedente de una pobre familia de emigrantes rusa, (católico-ortodoxa por parte de abuelos), que ya a muy temprana edad, se interesó por el Cosmos y el porqué de todas las cosas que más tarde le llevarían a ser un pionero y un popular astrónomo, exobiólogo y divulgador científico en todo el mundo.